Blogia
Castillos en el aire

Fin de semana

Este fin de semana comenzó perdiendo un tren, cosa que hizo que se retrasaran varias horas mis planes. Es que los servicios públicos a veces funcionan de pena.
Continuó con una interpretación de un sueño, que es bastante creíble para como me siento últimamente, y no me extrañaría nada que fuera verdad.
Al final estuvo todo bastante bien a pesar de tener que pasear por todo León con una bolsa que pesaba como una tonelada y tener la espalda destrozada por ello, y de que de más de ciento cuarenta fotos todas sean vergonzosas, y de que un camarero viera más de lo que debería para lo que se considera medianamente decoroso, y de la gente extremadamente maleducada que puebla los bares, y de la pachanga, y de que me haya dado cuenta de que las tres y media empieza a ser una hora bastante recurrente para empezar a cansarme, y de que la regla haya estado acompañándome todo el fin de semana, y de que no pudiera encontrar un capricho que se me metió entre ceja y ceja, y de que me cayera por unas escaleras y me golpeara la cabeza contra una pared en mitad de la noche (dios, que vergonzoso), y de que se me subiera un gato en la cara (sin comentarios...), y de que me apareciera un arañazo en la nariz por la mañana, y del calor a ratos insoportable y de todas esas cosillas que en realidad son las que hacen estas situaciones memorables y divertidas y algo de lo que te sigues acordando cuando pasa el tiempo. Y eso es lo que merece la pena.

2 comentarios

keleta -

Dí que sí! Que a veces los momentos en los que más verguenza pasas son con los que más ries al recordar, los que hacen que muchos momentos valgan la pena.
140 son muchas, alguna estará bien!!

Molts besets!

´Ursula -

quiero vista!!!!
xxx!!!1